Pero no lloras cuando orgullosa o orgulloso e imprudentemente le compras palomitas para que las queme a una tierna edad sin que el niño pueda defenderse, acuérdate cuando te reías que a tu niño a punto estuvo de tronarle “la palomita” en los dedos y el niño se asustó, hoy padre lloras con tu postrado en una cama de hospital quejándose de los grandes dolores de las quemaduras y sin saber aun el daño permanente que le quedara en su cuerpecito, hoy madre lloras cuando sabes que a tu pequeña hija quemada gravemente de su carita, le van a quedar feas cicatrices y como mujer sabes lo que le espera en su niñez y su adolescencia marcada por el fuego en su cara.
Enséñale a tus hijos que los fuegos pirotécnicos, la pólvora, hay que disfrutarla a distancia, que a la pólvora hay que respetarla y no decir que ¡no pasa nada! Porque a ti padre, a ti madre te tocara vivir con el peso de tu hijo, hija que fue dañada irremediablemente por el fuego en su cara o sus manitas, en ti que quieres a tus hijos esta la solución. Por JRSS
jueves, 28 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario