Agreden uniones homosexuales en su esencia a la familia: Rivera
El arzobispo primado de México, Norberto Rivera, aseveró que equiparar la unión homosexual con el matrimonio heterosexual agrede en su esencia a la familia, hasta el punto de permitir la adopción de niños en el seno de ese tipo de relaciones.
En su homilía en la Catedral Metropolitana durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, mencionó que el evangelio de la familia se enraiza en la comunidad y nace de la unión estable entre el hombre y la mujer, lo que se prolonga con la vida de sus hijos.
Indicó que "la cultura moderna pretende presentar ese modelo de familia como algo simplemente religioso, pero la Iglesia no hace sino poner delante de los ojos de sus contemporáneos la verdadera familia".
El prelado planteó que la familia "ha sido desfigurada por la dureza del corazón agredida en la dignidad de la persona por la poligamia y el adulterio que atenta contra la fidelidad".
Lamentó que "hoy, además de esos ataques, la familia sea agredida en su esencia por la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre el hombre y la mujer, hasta el punto de permitir la adopción de niñas y niños en el seno de este tipo de uniones".
Rivera Carrera subrayó que la Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la legalización de esas uniones.Es así, argumentó, "porque reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas con el matrimonio significaría ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad y la Iglesia no puede dejar de defender esos valores".
El arzobispo primado de México, Norberto Rivera, aseveró que equiparar la unión homosexual con el matrimonio heterosexual agrede en su esencia a la familia, hasta el punto de permitir la adopción de niños en el seno de ese tipo de relaciones.
En su homilía en la Catedral Metropolitana durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, mencionó que el evangelio de la familia se enraiza en la comunidad y nace de la unión estable entre el hombre y la mujer, lo que se prolonga con la vida de sus hijos.
Indicó que "la cultura moderna pretende presentar ese modelo de familia como algo simplemente religioso, pero la Iglesia no hace sino poner delante de los ojos de sus contemporáneos la verdadera familia".
El prelado planteó que la familia "ha sido desfigurada por la dureza del corazón agredida en la dignidad de la persona por la poligamia y el adulterio que atenta contra la fidelidad".
Lamentó que "hoy, además de esos ataques, la familia sea agredida en su esencia por la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre el hombre y la mujer, hasta el punto de permitir la adopción de niñas y niños en el seno de este tipo de uniones".
Rivera Carrera subrayó que la Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la legalización de esas uniones.Es así, argumentó, "porque reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas con el matrimonio significaría ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad y la Iglesia no puede dejar de defender esos valores".
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